Visitar la planta… ¿o visitar la compañía?

A lo largo de mi trayectoria, he tenido la suerte por mi labor profesional de visitar multitud de empresas, de sectores muy diversos, y de poder estar presente mientras éstas se presentaban a colaboradores o clientes externos. Si la empresa en cuestión tiene fábrica, la parte más esperada de la visita suele ser aquella que viene una vez que te calzas las botas de seguridad, gafas… para meterte de lleno en la planta de producción. Es ahí donde vemos cómo se procesa la materia prima y se ensamblan las piezas para dar lugar al producto. Esta parte resulta especialmente atractiva para quien visita la empresa ya que es muy visual, de tal forma que el proceso muchas veces se explica solo simplemente por el hecho de estar viéndolo al completo.
Particularmente por mi formación como informático no siempre es ésta la parte que más disfruto, ya que no tengo conocimientos de aspectos mecánicos, de mecanizado, ni de otras muchas “artes” que se llevan a cabo en planta. Pero antes de llegar este punto… ¿qué es lo que hemos visto?
En muchas ocasiones se sale del despacho en donde tiene lugar la reunión para iniciar la visita a la compañía y, aunque no siempre es así, es habitual recorrer los diferentes departamentos simplemente nombrándolos: “Ahí tenemos al personal de administración”, “estas personas componen la oficina técnica”, “l@s chic@s de marketing”, “el despacho de dirección…”. Y aunque cierto es que en ocasiones los visitantes se paran delante de una máquina de diseño CAD y aprovechan para tocarse el mentón mientras el técnico voltea una pieza, generalmente no va mucho más allá.
No obstante, en otras ocasiones sí he sido testigo y he podido disfrutar de la visita desde otro punto de vista, y esto sucede cuando la persona que te está mostrando la empresa se apoya para ello en un Sistema o Plataforma PLM (Product Lifecycle Management). Esto tiene un valor añadido muy elevado ya que se logra visualizar todo el proceso de creación del producto final, en este caso de manera digital. Se puede ver la concepción del diseño, las diferentes revisiones y aprobaciones del mismo, el detalle de la lista de materiales de ingeniería y su trasformación en lista de materiales de fabricación.
Además, en muchos casos es posible ver también el proyecto que gobierna el desarrollo completo de producto, teniendo la posibilidad de contemplar de un simple vistazo el estado actual de los proyectos y a los equipos implicados en las diferentes tareas. En definitiva, te acabas introduciendo en las “tripas” de la compañía desde la pantalla, que te ayuda a entender de manera muy rápida, sencilla y visual todos los aspectos que rodean a la compañía y a un determinado proyecto, tanto a nivel de producto, como a nivel de personal o de gestión.
En conclusión, siempre he pensado que el hecho de que la compañía se pueda ver de una forma completa es una muy buena forma de “vender el producto”. Generalmente se habla de los indudables beneficios que un Sistema o Plataforma PLM aportan a la propia compañía que implanta la herramienta. Pero lo que realmente a mí me ha llamado la atención es la posibilidad de verlo desde fuera cuando visitas la empresa, y ver que no es útil solamente para la compañía a nivel interno, sino que resulta de gran utilidad para dar una visión completa de los procesos, explicar y hacer entender el negocio de manera precisa a clientes u otros colaboradores externos.

Artículo escrito por:
Joseba Guinea – PLM Key Account Manager de ABGAM